Los electrodos envían un impulso eléctrico, desde fuera, a los receptores nerviosos del músculo, para que éste se contraiga y simule el movimiento que se realiza cuando se hace un ejercicio de fuerza muscular convencional.
Su función es combatir la flacidez y falta de tono muscular. Son un entrenamiento óptimo para aumentar la fuerza, el vigor y el tono de base.